Kinder Malo empezó en el mundo de la música por la crisis económica, decidió empezar a buscarse la vida con la música, vio la oportunidad de saltar a la fama y sin duda lo consiguió.
La nueva música urbana viene cargada de drogas, sexo y dinero, pero Kinder Malo se aleja un poco dentro de todo ese mundo. Su música no es de gánster, él se preocupa por autorreferenciarse y atacar con letras agudas e intensas. Su manera y su voz ponen la guinda en este magnetismo y da lugar a este trap polémicoy que sin duda engancha al público, e invita a tararear su música hasta la saciedad.
Kinder Malo y Pimp Flaco se autogestionan, son productores y empresarios de su propio imperio bajo el nombre de Dora Black. Diseñan ropa, y además crean piezas visualmente atractivas, con vídeos cargados de una estética muy concreta y trabajada. Desde la ropa, al diseño de producción. Los colores, la actitud, todo está pensado y para el trap de Kinder Malo es imprescindible que todo esto sea una maquinaria perfecta y engrasada.
Como él mismo señaló, hay un factor generacional en el trap. Kinder Malo fue uno de esos artistas que estuvo en el momento y en el lugar más oportuno para dar un giro total a su carrera gracias al boom del trap de los primero años. Lo que sonaba de repente era el rap agresivo y urbano, porque el rap tradicional parecía estar ya un poco trillado, un poco “frito”
Y aunque es casi imposible hablar de Kinder Malo sin hablar de Pimp Flaco, hay que decir que comparten temas, comparten sangre, pero sus carreras van por separado, aunque complementadas. Se negaron a propuestas en las que no se respetara su esencia final, para darle forma propia al género que ellos mismos, junto a otros artistas, fuero gestando. El trap español no se entiende sin él, por eso, Kinder Malo está capacitado para gestionar su propia carrera y tomar sus propias decisiones.
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