Mi género favorito hasta el día de hoy por muy lejos, se trata del lo-fi (low fidelity del inglés), un género estético musical en el que se busca tener un sonido auténtico, algo menos producido. Algo curioso de los artistas de este estilo es que usan métodos de grabación anticuados, como el casette.
El lo-fi surge con los cilindros fonográficos, en los que la calidad de toma es extremadamente pobre, pero por otro lado su calidad estética participa de un evento inédito capturado en tiempo real.
A lo que realmente está asociado al lo-fi es al uso de equipos de grabación viejos y de mala calidad, principalmente por el aura de autenticidad que desprenden estas tecnologías, lo que coincide con el desarollo tecnológico de grabación en los 80. El lo-fi también va muy de la mano en este campo con el indie rock y el black metal, compartiendo la característica de la baja calidad de sonido.
Por alguna razón, estos dos últimos años está tomando cierta relevancia, escuchado por muchas personas en sus horas de estudio, o acompañados de la lluvia y una taza de té, seguramente por la relajación que transmite. Aquí una muestra:
NOTA: Debido a la tan poca relevancia del género hasta estos años, la información encontrada es muy pobre, por lo que este artículo podría en un futuro abarcar más contenidos con respecto al tema.
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